El grave incendio declarado hoy en el interior de la catedral gótica de San Pedro y San Pablo en Nantes (Francia) se ha dado por controlado tras más de diez horas de intervención de un centenar de bomberos que ha acudido a primera hora de la mañana a extinguir las llamas. El incendio de esta catedral, joya del gótico y centro religioso de Europa, según los primeros indicios, ha sido provocado, ya que se han encontrado tres focos de fuego.
Hasta que se haga la evaluación total de los daños ocasionados, son muchas las piezas perdidas entre ellas el órgano de la catedral, del siglo XV.
El incendio de la catedral de Nantes ha recordado al de Notre Dame de París, abrasada en abril de 2019. Las imágenes de las llamas y humo saliendo desde el rosetón del histórico templo han conmocionado a la ciudad occidental francesa, a todo el país, y a toda Europa, que aún tiene en el recuerdo el devastador incendio de Notre Dame de París.
Los expertos de TECNIFUEGO, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, y otros foros profesionales, vuelven a poner sobre la mesa de debate la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en este tipo de edificios, que de por sí son museos vivos, centros de espiritualidad, singularidad, arte e historia de Europa. Y una fuente de ingresos muy importante por ser un atractivo para el turismo cultural.
Según los especialistas en protección contra incendios y de protección del patrimonio histórico cultural, las catedrales y centros monumentales e históricos deben ser declarados infraestructuras críticas, y como tal desarrollar una legislación que refuerce los requisitos de seguridad y actuación.
Actualmente existen medidas de seguridad suficientes para garantizar la protección frente a un incendio de cualquier tipo de edificación, su almacenamiento y objetos de valor económico y patrimonial, desde una catedral o museo a una central nuclear, desde naves logísticas o de hidrocarburos a almacenes de material sensible o centros de bases de datos, etcétera.
Por ello, elevar el grado de protección a nivel legislativo en materia de seguridad contra incendios de catedrales, templos y edificios históricos es una necesidad. En España se contabilizan 93 templos, entre catedrales, basílicas, monasterios e iglesias singulares acogidos al Plan Nacional de Catedrales, entidad encargada de proteger y conservar este patrimonio histórico español, integrado por el estado, comunidades autónomas, diputaciones, ayuntamientos y diócesis episcopales.
El Plan Nacional de Patrimonio Histórico, que depende del Ministerio de Cultura, desarrolló el “Manual Básico de Seguridad y Protección contra Incendios en Ciudades Patrimonio”, sin embargo, en la carta de riesgos para las catedrales no se contempla el de incendio. Como cada templo está gestionado por un consejo diferente, existen variedad de criterios y diversidad en la adopción de los Planes de Autoprotección, pero no hay un plan unificado y armonizado.
La planificación de riesgos y la gestión de emergencias son un seguro frente a la incertidumbre, el caos y la desorganización inherentes a un desastre. Estos métodos en el ámbito de la protección contra incendios (PCI) han tenido una aplicación muy concreta en el campo de los bienes culturales. Por ello, y en base a la experiencia, el desarrollo de un Plan Nacional de Catedrales debe contemplar el riesgo de incendio, y se deben adjudicar cantidades económicas suficientes en el presupuesto anual. Este es uno de los puntos clave del problema.
La PCI de las catedrales y templos de interés histórico patrimonial debe ser acometida del mismo modo que un museo o edificios protegidos. Requiere sistemas activos y productos desarrollados específicamente para su salvaguarda, agentes para la extinción que no son dañinos, pero sí eficaces en la extinción, con total garantía del cuidado y protección de las obras. Detección de incendios precoz, con conexión a una central y que active las funciones de control programadas y aviso inmediato a los centros de emergencias/bomberos. Así como protección pasiva especial para actuar como escudos térmicos en las obras y objetos de valor (tejidos ignífugos, armarios especiales), etc.
Sin duda, la protección contra incendios de templos y catedrales sigue siendo una asignatura pendiente que es fácil aprobar, contando con el asesoramiento de especialistas en la materia. Salvemos el patrimonio, salvemos la cultura, salvemos la historia.