Cuatro muertos,  4.000 hectáreas calcinadas, 67 incendios activos, miles de evacuados, carreteras cortadas y la ciudad de Vigo cercada en varias zonas, es el triste balance con que nos hemos encontrado este lunes 16 de octubre tras los incendios que llevan asolando Galicia, desde hace tres días.

El personal  de extinción formado por equipos municipales, brigadas de la Xunta, del Ministerio de Agricultura, miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), del SUMMA de CCAA limítrofes mantienen la lucha contra el fuego, de los 146 incendios que desde el viernes asolan Galicia, donde han ardido más de 4.000 hectáreas.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijó, ha declarado a los medios que todos los indicios señalan una “actividad incendiaria homicida, sin duda intencionada… se está viviendo una situación "crítica" que esperamos se resuelva en las próximas horas”. El gobierno autonómico  ha decretado tres días de luto oficial.

Además, el Principado de Asturias ha confirmado que hay 35 fuegos activos. El lunes ha amanecido cargado de humo y partículas en suspensión por lo que han cerrado decenas de colegios y las autoridades piden a la población cercana que no salga de sus casas. Existe orden de desalojo por parte de las autoridades en diversas zonas, y en las poblaciones que lindan con la Reserva de Muniellos, en el suroccidente asturiano.

En Portugal, más de 500 incendios están cercando poblaciones enteras, y ya son 27 los fallecidos.

Se trata de una situación de alerta social, un estado de emergencia que debería dar respuesta. Se necesitan soluciones globales y unificadas en una política forestal común.

HACIA UNA POLITICA FORESTAL COMÚN

Desde TECNIFUEGO-AEPSI llevamos años trabajando en un foro interprofesional de protección contra incendios forestales en áreas de interfaz urbano forestal, con la finalidad de una política forestal común. Para ello es necesario:

•          Aglutinar todo la información y la experiencia disponibles en IIFF

•          Sistematizar toda esta información en algún documento global que abarque todas las disciplinas y pueda ser el marco de una futura ley común a nivel nacional;

•          Sensibilizar a la opinión pública, propietarios, municipios, partidos políticos, etc. del problema real que representa para la población los incendios forestales que afectan a las urbanizaciones/poblaciones;

•          Tomar las medidas pertinentes para una adecuada protección de este riesgo (aplicación del plan de autoprotección, implantación de medidas básicas de protección contra incendios activas y pasivas …);

•          Concienciar sobre la responsabilidad que cada municipio, urbanización y vivienda tienen a la hora de la autoprotección en el entorno urbano-forestal, etcétera.

En teoría, todos los municipios y urbanizaciones deberían tener su plan de autoprotección, una evaluación de riesgos, incluido el incendio, y unas medidas  para protegerse, pero sólo entre un 3 y 10 por ciento lo tienen.

Igualmente, aunque hay legislación: Directriz de Protección Civil  de Emergencias por Incendios Forestales,  Ley de Montes, Norma Básica de Autoprotección, legislaciones autonómicas, planes municipales, sin embargo, falta un texto legal que lo unifique. Se trata de definir las pautas comunes, y que se cumplan.

Desde TECNIFUEGO-AESPI insistimos en la necesidad de un refuerzo de la política forestal a nivel nacional, la unificación de la legislación que afecta a la interfaz urbano forestal y el desarrollo de campañas de sensibilización social.

Urge iniciar este debate cuanto antes, integrado por las administraciones públicas y expertos en las distintas áreas de gestión forestal y prevención y protección de incendios forestales, que concluya con un refuerzo y unificación de la legislación, una gran campaña de concienciación y una mayor severidad en el Código Penal hacia los pirómanos e incendios intencionados.

AIRFEU - GRAVES INCENDIOS ASOLAN EL NORTE DE ESPAÑA - HACIA UNA POLITICA FORESTAL COMUN

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El sábado 17 de junio, por la tarde, se inició el peor incendio ocurrido en la Península Ibérica en décadas. Más de 60 muertos y un número similar de heridos es el trágico saldo de un voraz incendio, que según los primeros indicios se desató debido a la combinación de altas temperaturas, los rayos de una tormenta eléctrica, una pertinaz sequía y el fuerte viento que azotaba el distrito central de Leiría.

La mayoría de los fallecidos viajaba por la carretera nacional 236, y de repente se encontraron completamente rodeados por las llamas. El incendio se mantiene activo y ha obligado a cortar varias carreteras de Pedrógão Grande.

España a través de un convenio bilateral de apoyo en casos de crisis por incendio forestal y emergencias envió al país vecino cuatro aviones anfibios (Bombardier 415) en apoyo a los equipos portugueses para la extinción del incendio. La Dirección General de Política de Defensa ha confirmado la salida los aviones, operados por el Ejército del Aire.

Por su parte, Francia ha enviado tres aviones para asistir los esfuerzos de emergencia locales

La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha trasladado este lunes a su homólogo portugués toda la "solidaridad y colaboración" de España por el incendio forestal de Pedrógão Grande como países "vecinos" y que comparten la lucha contra incendios, en su intervención en la reunión de ministros de Medio Ambiente de la UE en Luxemburgo.

 La Unión Europea (UE) activó ayer el mecanismo comunitario de protección civil para proporcionar ayuda a Portugal en el incendio  "En una respuesta inmediata a la petición de asistencia por parte de las autoridades portuguesas, el mecanismo europeo de protección civil ha sido activado para proporcionar salvamento contra incendios", afirmó el comisario de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides.

Además, la UE ha enviado además un oficial a Portugal para coordinar la ayuda y ulteriores peticiones de las autoridades nacionales a Bruselas, que con su sistema de respuesta coordinada ante emergencias proporciona ayuda en la gestión de desastres naturales en contacto con las autoridades de protección civil nacionales.

En estos momentos se está a la espera de un refuerzo de la ayuda internacional, ya que el incendio sigue activo en varios puntos.

UN AÑO DIFÍCIL

Ante lo que pueda ser un año especialmente difícil, pertinaz sequía, abundante vegetación combustible… los expertos en el área de incendios forestales de TECNIFUEGO-AESPI, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, alertan de que la seguridad y defensa de nuestros bosques ante un incendio solo es posible si se ha realizado una planificación  y se han tomado las medidas de prevención y protección adecuadas.

Además, es preocupante la falta de legislación en la interfaz urbano forestal, en urbanizaciones cercanas a bosques, tanto en la protección activa (hidrantes, BIE, extintores, detección…) como en la protección pasiva de los edificios: reacción de los materiales (que no ardan o tarden en arder) y su resistencia, que no colapse, y pueda evacuarse.

En el apartado de tecnología para hacer frente a los incendios, ha  avances. La I+D de la industria española en la materia contribuye con sus investigaciones y desarrollos a que las administraciones públicas y los ciudadanos dispongan de las medidas adecuadas para la conservación y protección de sus urbanizaciones, viviendas,  y por supuesto los bosques y sus ecosistemas.

Algunas de las tecnologías que se deben señalar son:

1.         Redes de hidrantes:

La mayor necesidad de los servicios de extinción en un incendio forestal,   es la disponibilidad de agua en la zona del incendio, para que puedan recargar sus equipos. Por ello, se recomienda la instalación de redes de hidrantes, en las urbanizaciones y zonas habitadas colindantes con masas forestales, para que en caso de incendio, los bomberos y equipos de intervención puedan recargar sus vehículos, y proteger más adecuadamente estas zonas de alto riesgo.  Una alternativa es usar agua reutilizada. Así, la reserva disponible para extinción de incendios será menos dependiente de los otros consumos circunstanciales.

2.         Mangueras y lanzas

La evolución de las mangueras y lanzas para uso profesional se realiza codo con codo con los servicios de emergencias. Las necesidades del personal en los momentos de la extinción es clave para desarrollar mangueras que resistan el calor y que aporten más caudal del agua, con menor pérdida de carga, permitiendo acumular más agua en su interior, con mejor radio de curvatura, que sean más flexibles y manejables; igualmente las lanzas han evolucionado en la distribución del agua, con lanzas que cumplen la norma europea de lanzas EN 15182 de bajo mantenimiento que permiten trabajar con caudales pequeños, con un tamaño de gota más pequeño y eficaz y que mejoran la seguridad de los bomberos.

Técnicas de simulación:

A través de la que se denomina Simulación de Incendios, mediante FDS, se pueden utilizar las técnicas y herramientas de simulación de incendios más avanzadas, para investigar incendios producidos, analizar y/o verificar riesgos de zonas concretas, incluso estudiar cual es la efectividad de los medios de protección en caso de incendio forestal.

3.         Nuevos vehículos contra incendios:

Camiones de última generación con categoría G (todo terreno), que permiten a los cuerpos de bomberos llegar y transportar sus equipos y reservas de agua por zonas de difícil acceso.

Estos vehículos están equipados entre otros elementos, con potentes bombas capaces de alcanzar presiones de agua de hasta 25 bar en media presión y 40 bar en alta presión, cuentan entre su material de mangueras de incendios de alta presión para uso profesional y servicio duro,  de elevada resistencia a las duras condiciones de este tipo de incendios, y lanzas de caudal regulable, con posibilidad de bajos caudales, monitores telemandos desde interior de cabina para el ahorro de agua, etc.

4.         Nuevos retardantes/aditivos para evitar la propagación:

Los retardantes son productos aditivos que mediante mecanismos químico-físicos, pueden retardar el avance del fuego y si su intensidad lo permite, incluso llegar a pararlo. Se han realizado avances en el sector del corto plazo con la optimización de espumógenos y aditivos para agua, etc., que optimizan  la capacidad enfriadora de la misma, consiguiendo unos tiempos de extinción muy notables, dificultando la reignición y el avance del incendio en las áreas tratadas durante un corto período de tiempo. Al mismo tiempo son biodegradables, no corrosivos y cumplen con la  directiva europea 2006/122, libre de PFOS´S. Permiten la protección de amplias áreas,  ayudando a confinar  el fuego en su perímetro  y dificultando  su penetración en ellas, lo que puede ser de gran ayuda en las labores de evacuación y reorganización.

Las nuevas líneas de investigación han conseguido que, con un porcentaje desde el 0,1% al 1%, se reduzca la tensión superficial del agua, facilitando su penetración, mejorando el tiempo de enfriamiento de la masa vegetal, y, al mismo tiempo, produciendo un efecto de sellado que puede sofocar el foco de incendio.

Se pueden aplicar con medios manuales, terrestres   y aéreos, sin necesidad de cambiar de producto, sólo el elemento de aplicación. La realización de cortafuegos es otra posibilidad, así como  la creación de escudos de refrigeración y protección a las brigadas de intervención.

Los aditivos retardantes de largo plazo terrestre, pueden ser aplicados por medios terrestres y aéreos. La aplicación mediante medios terrestres (autobombas y cisternas)  ha supuesto una nueva técnica en las operaciones de ataque indirecto: la creación de cortafuegos químicos, con el objeto de facilitar el control del incendio, mediante la disminución de la energía/longitud de llama.

El desarrollo de nuevas herramientas y medios, diseñados específicamente para la prevención y extinción de incendios forestales, actualmente se encuentra en un nivel avanzado y es uno de los puntos fuertes de las empresas asociadas a TECNIFUEGO-AESPI. Con buenos equipos y soluciones, y una prevención adecuada, podemos entre todos disminuir el número de hectáreas quemadas de nuestros bosque

AIRFEU-LA-TRAGEDIA-ASOLA-PORTUGAL-EL-PEOR-INCENDIO-EN-DECADAS

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La temporada de los incendios forestales se ha adelantado. Varios incendios han arrasado cientos de hectáreas en la aún incipiente campaña de lucha contra el fuego. En el norte de España: Asturias, Castilla-León y Galicia, se han desatado varios incendios importantes en Ponferrada (León), Nieva (Segovia), Asturias (18 municipios) y Ferrol (Coruña). Las condiciones climatológicas, la falta de lluvia en las últimas semanas, y el pasto crecido han anticipado la triste realidad que anualmente se vive en España.

El primer gran incendio forestal se ha producido en el municipio de Bouzas (León) y se ha declarado el nivel 2 de peligrosidad por el cambio de viento y las altas velocidades y su posible afección al municipio de Montes de Valdueza. Numerosos medios aéreos y efectivos terrestres de la Junta de Castilla y León y Ministerio de Agricultura y UME se han desplazado hasta el lugar y actúan en las labores de extinción de este incendio que afecta principalmente a matorral y masas arboladas.

En Asturias (18 municipios), Segovia (Nieva) y Coruña (Narón) el fuego ha avanzado rápidamente. En Asturias y Narón, además, alcanzaron términos rurales cercanos a la población.

Para atajarlos dadas las dimensiones, el alto valor ecológico y la cercanía a poblaciones se han movilizado numerosos medios aéreos y terrestres, cuadrillas y personal capacitado para hacer frente al fuego. Se están utilizando retardantes y agentes extintores avanzados.

Algunos de los factores que favorecen el origen de los incendios forestales, son el abandono del medio rural, la afluencia masiva a los montes como lugares de ocio y la quema para generar pastos. Además, un factor clave son los incendios intencionados, y la falta de respuesta para atajarlos hace que cada año más desaprensivos encuentren impunidad en este crimen medioambiental.

Selvicultura preventiva, limpieza, vigilancia y sensibilización son los pilares de la prevención. Dentro de las medidas clásicas y evaluadas por los expertos en las distintas áreas, hay que citar: los cortafuegos, la conservación y limpieza, la creación de una red de vigilancia y la concienciación social de los usos inadecuados del fuego, ya sea accidental o intencionado.

RIESGO PARA LOS MUNICIPIOS

Por otro lado, los fuegos forestales cada vez inciden más en las poblaciones colindantes a zonas boscosas. Lo que se denomina interfaz urbano-forestal (IUF)  afecta a viviendas, hoteles, casas rurales, camping, con un aumento alarmante del riesgo urbano-forestal.

Desde el Foro de Protección contra Incendios en Interfaz Urbano Forestal, un foro liderado por TECNIFUEGO-AESPI, que ha nacido con el objetivo de elaborar recomendaciones, y guías técnicas y de normalización, se  está trabajando en diversos proyectos y programas europeos para su financiación.

Este Foro PCI IUF ha elaborado consejos de seguridad frente a los incendios en la interfaz urbano-forestal, de los que cabe señalar los siguientes:

-           Plan de Autoprotección (evacuación, confinamiento, medios extinción, puntos de encuentro, rutas de escape…).

-           Perimetrar la urbanización con cortafuegos y  retardantes de larga duración.

-           Acceso vehículos autobomba en los cortafuegos o zona de seguridad

-           Regular su vegetación interior, paramentos de cierre, pantallas vegetales, jardinería, etc.

-           Realizar una franja de 25 m de anchura separando la zona edificada de la forestal, permanentemente libre de vegetación y un camino perimetral de 5 m de anchura.

-           La zona urbanizada debe disponer de dos vías de acceso alternativas. Libres de vegetación, dispondrán de una faja de protección de 10 metros, a cada lado del camino.

-           En el trazado de redes de abastecimiento de agua del plan urbanístico, debe contemplarse una instalación de hidrantes perimetrales, debidamente señalizados conforme a la Norma UNE 23033 y distribuidos de tal manera que la distancia entre ellos medida por espacios públicos no sea mayor de 200 m.

La protección y prevención de incendios en los montes es una labor de toda la ciudadanía. Nuestros bosques necesitan otro modelo más sostenible que ayude a su prevención y conservación. Autoridades, expertos y ciudadanos debemos luchar juntos para alcanzar mínimas cotas de incendios. El patrimonio natural heredado debe de protegerse y perdurar para las generaciones posteriores. Una responsabilidad prioritaria, en el sentir colectivo.

Airfeu 2017 un año difícil ante los incendios forestales

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Miércoles, 05 Octubre 2016 01:14

QUÉ HACEMOS PARA ATAJAR LOS INCENDIOS FORESTALES

Detener o minimizar los incendios forestales  es uno de los grandes retos del futuro. Si hace unos años, era un tema casi exclusivamente  tratado y dirigido a los expertos, cada vez más este tipo de incendios crea alarma social debido a la proximidad de los incendios en las poblaciones y ciudadanos.

 TECNIFUEGO-AESPI, a través de su Comité Sectorial de Defensa contra Incendios Forestales (CIF), va a participar un año más en el SINIF,  IX SIMPOSIO NACIONAL sobre INCENDIOS FORESTALES, que se celebrará los días 6 y 7 de Octubre de 2016, en el “Auditori de la Mediterránia” de La Nucía (Alicante).

Vicente Mans experto en la lucha contra incendios forestales de TECNIFUEGO-AESPI presentará una ponencia sobre las finalidades y objetivos del Comité, y el desarrollo y actividades del Foro de protección contra incendios en la interfaz urbano forestal (Foro PCI IUF).  

 Hay dos grandes problemas en estos momentos que afectan a la protección contra los incendios forestales. Una, la reforma de la Ley de Montes. Dos, la falta de implementación en poblaciones de un Plan de Autoprotección.

En octubre de 2015 entró en vigor la Nueva Ley de Montes que permite construir en terrenos forestales incendiados sin que hayan pasado los 30 años que prescribía la Ley anterior (aprobada en 2006, ante la conciencia de que muchos incendios forestales eran provocados para luego poder construir en el terreno calcinado).

Según todos los expertos el poder recalificar terrenos incendiados vuelve a provocar  “desregulación y desprotección ambiental”.

Y parece que esta teoría se confirma con los incendios del mes de septiembre en la provincia de Alicante (Xàbia y Bolulla y Benitatxell) y Orense, últimos de los grandes incendios que han asolado la Península. En el primero, parece confirmado que ha sido provocado por la mano de un pirómano, con varios focos abiertos hasta que consiguió su criminal propósito: más de 700 hectáreas quemadas, 1.400 evacuados, casas afectadas, daños en un entorno de alto valor ecológico y una fuerte  alarma social. En Orense (Oímbra, Entrimo, O Xurés), cinco incendios han devastado hasta la fecha 3.250 hectáreas,  800 Hs en el parque natural de O Xurés, una importante reserva ecológica.

El otro gran tema, es que en la mayoría de las poblaciones y urbanizaciones carecen de un plan de autoprotección de incendios forestales, pese a que la normativa europea y española obliga a ello.

Cada año aumentan los incendios que afectan a urbanizaciones o poblaciones que están rodeadas de vegetación forestal o en terrenos forestales -la llamada interfaz urbano-forestal.

Cuando las llamas afectan a la interfaz urbano-forestal, cambian las condiciones a las que se enfrentan los equipos de extinción. Entonces existe una nueva prioridad de emergencia: primero las personas, luego los bienes y, por último, el monte.

Para poder tomar decisiones adecuadas es imprescindible que las urbanizaciones estén preparadas para la autoprotección y que prevean una evaluación de riesgos; actuaciones de prevención; medidas de vigilancia y alarma; medios materiales y humanos en caso de incendio; medidas de evacuación y planificación ante una emergencia.

Un grupo de expertos  ha formado el Foro de Protección contra Incendios en interfaz urbano forestal  en el que se plantean fórmulas para atajar esta problemática, como elaborar recomendaciones, y guías técnicas y de normalización hasta alcanzar una legislación conjunta de edificación y urbanismo en áreas IUF.

El apartado más práctico y de mayor valor para los ciudadanos es la realización de una guía técnica con recomendaciones, legislación, , tipología interfaz, tipología edificación, etc.  El riesgo intrínseco de la zona, los combustibles (calderas, materiales edificación,  jardines); los viales internos y accesibilidad; los viales externos y puntos de reunión en emergencias; los puntos de agua accesibles y con caudal suficiente para la extinción; la infraestructura de defensa, hidrantes, retardantes y otros equipamientos; y para los planes de autoprotección  a desarrollar e implantar en las poblaciones en la IUF.

El proyecto está  siguiendo los pasos para una financiación europea, quizá las administraciones españolas también deberían plantearse un apoyo para que este tipo de iniciativas se desarrollen e implementen cuanto antes.

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Hay dos grandes problemas en estos momentos que afectan a la protección contra los incendios forestales. Una, la reforma de la Ley de Montes. Dos, la falta de implementación en poblaciones de un Plan de Autoprotección.

En octubre de 2015 entró en vigor la Nueva Ley de Montes que permite construir en terrenos forestales incendiados sin que hayan pasado los 30 años que prescribía la Ley anterior (aprobada en 2006, ante la conciencia de que muchos incendios forestales eran provocados para luego poder construir en el terreno calcinado).

Según todos los expertos el poder recalificar terrenos incendiados vuelve a provocar  “desregulación y desprotección ambiental”.

Y parece que esta teoría se confirma con el incendio que está sufriendo en la provincia de Alicante (Xàbia y Bolulla y Benitatxell), y Orense, últimos de los grandes incendios que está asolando la Península. En el primero, parece confirmado que ha sido provocado por la mano de un pirómano, con varios focos abiertos hasta que consiguió su criminal propósito: más de 700 hectáreas quemadas, 1.400 evacuados, casas afectadas, daños en un entorno de alto valor ecológico y una fuerte  alarma social. En Orense (Oímbra, Entrimo, O Xurés), cinco incendios han devastado hasta la fecha 3.250 hectáreas,  800 Hs en el parque natural de O Xurés, una importante reserva ecológica.

El otro gran tema, es que en la mayoría de las poblaciones y urbanizaciones carecen de un plan de autoprotección de incendios forestales, pese a que la normativa europea y española obliga a ello.

Cada año aumentan los incendios que afectan a urbanizaciones o poblaciones que están rodeadas de vegetación forestal o en terrenos forestales -la llamada interfaz urbano-forestal.

Cuando las llamas afectan a la interfaz urbano-forestal, cambian las condiciones a las que se enfrentan los equipos de extinción. Entonces existe una nueva prioridad de emergencia: primero las personas, luego los bienes y, por último, el monte.

Para poder tomar decisiones adecuadas es imprescindible que las urbanizaciones estén preparadas para la autoprotección y que prevean una evaluación de riesgos; actuaciones de prevención; medidas de vigilancia y alarma; medios materiales y humanos en caso de incendio; medidas de evacuación y planificación ante una emergencia.

Un grupo de expertos  ha formado el Foro de Protección contra Incendios en interfaz urbano forestal  en el que se plantean fórmulas para atajar esta problemática, como elaborar recomendaciones, y guías técnicas y de normalización hasta alcanzar una legislación conjunta de edificación y urbanismo en áreas IUF.

El apartado más práctico y de mayor valor para los ciudadanos es la realización de una guía técnica con recomendaciones, legislación, , tipología interfaz, tipología edificación, etc.  El riesgo intrínseco de la zona, los combustibles (calderas, materiales edificación,  jardines); los viales internos y accesibilidad; los viales externos y puntos de reunión en emergencias; los puntos de agua accesibles y con caudal suficiente para la extinción; la infraestructura de defensa, hidrantes, retardantes y otros equipamientos; y para los planes de autoprotección  a desarrollar e implantar en las poblaciones en la IUF.

El proyecto está  siguiendo los pasos para una financiación europea, quizá las administraciones españolas también deberían plantearse un apoyo para que este tipo de iniciativas se desarrollen e implementen cuanto antes.

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Según datos del MAGRAMA, se han producido más de 220.000 incendios forestales en lo que llevamos de siglo (2001-2014), que han arrasado con 1,5 millones de hectáreas boscosas y agrícolas, y en el 55% de los casos, los incendios fueron intencionados. Solo en lo que va de 2015 (31 agosto) se han calcinado más hectáreas que en todo 2014 y parte de 2013. Sierra de Gata, Humanes, Latedo, Gualchos, Sierra Luna, Ódena, Quesada… Son los nombres de algunos municipios que han sufrido este verano grandes incendios que han calcinado gran parte de su patrimonio forestal. En el informe de incendios de WWF se comenta que: “En España somos buenos apagando incendios, pero no apostamos lo suficiente por la prevención, la inversión para dar vida al monte y evitar que arda”. Otros factores que influirán en el futuro de nuestros bosques son las reformas del Código Penal (CP) y la Ley de Montes, que han entrado en vigor en 2015. Por ejemplo, en el nuevo CP se refuerzan las penas por incendios intencionados hasta 6 años de cárcel. Sin embargo, la Ley 21/2015, en su artículo 50 Mantenimiento y restauración del carácter forestal de los terrenos incendiados, aunque mantiene que queda prohibido “el cambio de uso forestal al menos durante 30 años” introduce una novedad muy criticada: “con carácter excepcional las comunidades autónomas podrán acordar el cambio de uso forestal cuando concurran razones imperiosas de interés público de primer orden que deberán ser apreciadas mediante ley…En el caso de que esas razones imperiosas de primer orden correspondan a un interés general de la Nación, será la ley estatal la que determine la necesidad del cambio de uso forestal”. Algunos expertos opinan que este enunciado facilita la recalificación de terrenos incendiados. GRANDES INCENDIOS FORESTALES (MÁS DE 500 HS.) En lo que va de año (31de agosto de 2015), se han duplicado los grandes incendios (de más de 500 hectáreas), respecto a los años anteriores. En el cuadro siguiente, se enumeran algunos de los incendios forestales más destructivos: -4 de mayo: La Vall d'Ebo, Alicante.1.715 hectáreas. -4 de julio: Sierra Luna en Aragón es uno de los más voraces e importantes que ha sufrido la región en los últimos 20 años. Más de 14.100 hectáreas consumidas, gran riesgo para más de media docena de poblaciones que han tenido que ser evacuadas (1.500 vecinos). -5 de julio: Quesada (Jaén). 10.017 hectáreas. Monte de pino carrasco y zonas agrícolas. Proximidad al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas -7 de julio: Humanes, Guadalajara. 700 hectáreas. -8 de julio: Gualchos (Granada). 2.000 hectáreas. -11 de julio: La Cumbre (Cáceres).1.450 hectáreas. -13 de julio: Quintana del Castillo (León) 2.600 hectáreas: Robledal, pinar y matorral en áreas de alto valor ecológico donde hasta el momento sobrevivían las poblaciones de urogallo cantábrico más meridionales del mundo. -16 de julio: Navalcán (Toledo). 800 hectáreas -21 de julio (se reprodujo el 24 de julio). Latedo (Zamora). 1.000 hectáreas Pinar con gran riqueza micológica. -26 de julio: Ódena (Barcelona). 1.235 hectáreas. -28 de julio. Barcebalejo (Soria). 1.000 hectáreas. -6 de agosto: Acebo (Sierra de Gata, Cáceres). 7.000 hectáreas. Las llamas han afectado además a espacios de elevada importancia ecológica incluidos en la Red Natura 2000. La protección y prevención de incendios en los montes es una labor de todos. Atendiendo a esta premisa, se ha creado un Foro de protección contra incendios en la interfaz urbano forestal (Foro PCI IUF), liderado por TECNIFUEGO-AESPI, que está desarrollando una Guía de actuación que contendrá recomendaciones, legislación, definiciones, zonificación (áreas de riesgo), tipología interfaz, tipología edificación, etc. En el Foro participan expertos de los ministerios (Agricultura y Fomento), asociaciones de bomberos (APTB y ASELF), laboratorios de ensayo del fuego (INIA y AFITI-LICOF), aseguradoras (CEPREVEN), etc. La filosofía del Foro señala que es necesario un cambio de modelo en la gestión forestal. Este nuevo modelo, debe partir de una visión global donde participen todos los especialistas y que incida desde la raíz en la problemática, teniendo en cuenta todas las variantes: legislativas, sociológicas, organizativas, preventivas, tecnológicas, divulgativas... La finalidad: alcanzar un modelo sostenible y lograr la protección y conservación real de nuestros bosques a medio y largo plazo.

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